Nos ha dejado Pere Tubert
El pasado 24 de diciembre por la tarde nos dejó Pere Tubert (1953 a 2020). Pere entró en el mundo de la discapacidad de muy pequeño al coger la poliomielitis.
A pesar de dejarle secuelas importantes y problemas de movilidad, la polio no le impidió luchar por los derechos de las personas con discapacidad.
Eran tiempos difíciles para las personas con discapacidad, en la que muchas veces estábamos encerrados en casa, sea por las barreras arquitectónicas o por las barreras "sociales" y donde la discapacidad estaba mal vista.
Tras pasar por la ANIC (Asociación Nacional Invalidos Civiles) gracias a la cual pudo viajar, una de sus grandes aficiones, con un grupo de amigos fundaron en 1979 la Asociación Mifas. Aquel era un gran paso para el colectivo ya que los impulsores no querían ser espectadores sino que querían ser actores y poder opinar y decidir sobre las cuestiones más importantes referente a la discapacidad. Se creaba una entidad donde todos los integrantes eran y son personas con discapacidad. En aquella época todo estaba por hacer y había el empuje y decisión de los propios interesados.
Aunque colaboró desde el primer día y ejerció de presidente en un corto periodo de los inicios, no fue hasta el año 1987 que Pere Tubert fue elegido presidente de Mifas. Bajo su mandato la Asociación Mifas experimentó un crecimiento muy importante hasta convertirse en una de las entidades de personas con discapacidad con más personas asociadas del estado. La pasión de Pere no se acababa nunca y el firme convencimiento de que las personas con discapacidad tenían que salir de casa y hacer actividades llevó a la entidad a trabajar en muchas áreas como la sensibilización, la lucha contra las barreras arquitectónicas, la creación de centros asistenciales de calidad y centrados en la persona, la integración laboral con contratos dignos, el deporte y muchas otras actividades siempre pensando en la integración de las personas con discapacidad.
Pere renunció a la presidencia de Mifas el 31 de diciembre de 2013, como decía él "cansado de ver cómo los nacidos en unos años que llaman tristes y grises hemos luchado para conseguir unos derechos que ahora se convierten en caridad." Pero se fue a su manera, cerrando el ejercicio económico y pasando cuentas en la Asamblea de Compromisarios que como máximo órgano de la entidad le aprobaron. Una vez más demostraba su responsabilidad hacia Mifas y sobre todo hacia las personas con discapacidad.
Durante estos 26 años, unos recordarán el Centro Ocupacional de Riudellots de la Selva donde más de 70 personas asisten cada día. O la Residencia Mifas donde 37 personas pueden vivir una vida con independencia sin importar su discapacidad. El Centro de Día Pere Llonch de Vilafant, un centro piloto donde 43 personas pueden ser atendidas. O el servicio de integración laboral con más de 1.100 personas atendidas cada año y los centros especiales de trabajo de Mifas donde más de 250 personas con discapacidad trabajan.
Un gran legado. Los que tuvimos la suerte de conocerlo de cerca, recordaremos además la bondad. Siempre dispuesto a ayudar, fuera a un estudiante que quería hacer un trabajo sobre la discapacidad, fuera para llevar a una persona al médico o para llevarlos a comer a casa el día de Navidad. Incluso para enganchar la Roulot de Mifas a su coche e ir a ferias a contar quiénes éramos. El teléfono y la puerta de su despacho estaban abiertos siempre a todos.
Siempre dispuesto a defender el colectivo, ante quien fuera, sin mirar colores políticos ni estatus. Dejando el recuerdo de un trabajador incansable por los derechos de las personas con discapacidad.
Girona, Cataluña y el mundo cada día es un mundo mejor para las personas con discapacidad gracias a Peres que como él, luchan incansablemente para hacer una sociedad más justa y accesible.
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