¿Girona cree en las entidades sociales?
Esta semana se ha cumplido lo que era un run run en la ciudad de Girona. La ampliación de las plazas del servicio de estacionamiento con limitación horaria. O lo que es lo mismo, una nueva zona azul y verde delante de la Devesa.
Interesante porque el tiempo borra las palabras y hoy ya no recordamos lo que se votó en el Pleno del 14 de diciembre de 2015. Con votos de CIU y la CUP, se aprobó la municipalización de las zonas azules y verdes de Girona por motivos de urgencia. Una urgencia que venía dada por un anterior mal concurso, que ganó con polémica, una empresa de Madrid. Ahora no entraré a valorar el anterior concurso, pero sí que me gustaría recordar los acuerdos obtenidos en aquel pleno:
- Asumir por razones de urgencia, la gestión del servicio de estacionamiento con limitación horaria y subrogar el personal que prestaba el servicio.
- Asumir el compromiso corporativo que para la gestión del servicio público de nuevas zonas de estacionamiento regulado se implanten en un futuro sean gestionadas por empresas del tercer sector.
- Los mayores ingresos derivados por el cambio de gestión directa se destinarían al Plan de Movilidad, al Plan de Accesibilidad y si cabe, a subvenciones para proyectos del tercer sector.
- Y por razón de especial singularidad de este servicio, la substitución del personal tenía que ser así mismo con personas que acrediten estar en disposición del certificado de discapacidad.
Ahora que ya han pasado dos años más, podemos decir que el ayuntamiento no ha cumplido con los puntos. Sería muy largo de explicar punto por punto, pero el resumen es que aún no sabemos qué ganancias económicas reales ha tenido la municipalización de la zona azul y si ha sido tan beneficioso para la ciudad como nos dijeron. Sí sabemos, con esta ampliación, que NO han dado opción a ninguna empresa del Tercer Sector a gestionarla. Que las subvenciones a proyectos del tercer sector no se han incrementado y que al final se tuvo que crear corriendo una bolsa de empleo para personas con discapacidad pera poder optar a un trabajo en las zonas azules y verdes.
En cambio, sí que hemos visto como han ido saliendo concursos para gestionar las aplicaciones de gestión de denuncias de los vigilantes, la recaudación de las máquinas y no me extrañaría que pronto saliera uno para el mantenimiento de los parquímetros. Todo esto antes lo hacía la concesionaria, así pues se tendrá que restar de los ingresos que supuestamente gana la ciudad. Y, tal como sospechábamos, ninguno de estos concursos incluye clausulas sociales.
Resumiendo: las entidades del tercer sector en la ciudad de Girona cada vez atendemos a más personas pero cada vez podemos trabajar menos en nuestra ciudad. Se crean protocoles de cláusulas sociales en la contratación pública, pero poco efectivas. Y la gran pregunta sigue siendo la misma: ¿Girona cree en el Tercer Sector y en las entidades que trabajan para los colectivos más desfavorecidos? Aquí la respuesta la tenemos que dar la ciudadanía y no unos políticos o técnicos que no acaban de definir en qué modelo de ciudad creen. Yo, lógicamente, siempre defenderé una ciudad pensada para todos y donde todas las personas tengan oportunidades. Y a los políticos se les tiene que exigir que nos digan en qué modelo de ciudad creen. Las entidades del tercer sector comenzamos a estar hartos de que todo sean buenas palabras pero pocas acciones. Girona se merece una manera de hacer más social y responsable. Y sobre todo que los acuerdos de los plenos se cumplan y no queden en solo palabras de cara a la galería.
Albert Carbonell Quer
Presidente Grup MIFAS
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