Tiempo de sequía

31/05/2023
M. Mar Flórez

A veces es necesaria una situación problemática para ayudarnos a tomar conciencia del valor de algo, apreciándola u observando hasta qué punto nos afecta que no esté.

Los que lee estos textos ya me empezará a conocer: Tomo una consulta que se me hace, una escena vivida, una situación del entorno que me sugiere o evoca un aspecto sexológico y estiro del hilo para convertirlo en una reflexión que comparto a modo de apunte. Hoy ésta nace de la ya evidente sequía que estamos sufriendo desde hace un tiempo. Me gusta hacer analogías. En un principio pensé sólo en la sequedad vaginal, pero lo amplío y contemplaré la lubricación como aspecto de interés general.

Nos hemos acostumbrado, durante muchos años, a la falacia de que siempre hay agua, de que siempre tendremos en nuestro posiblemente mal llamado “primer mundo”. Todavía hay quien piensa que es anecdótico y que nada tiene que ver con el estado global de la tierra que transitamos. A veces es necesaria una situación problemática para ayudarnos a tomar conciencia del valor de algo, apreciándola u observando hasta qué punto nos afecta que no esté.


Como el agua para nuestra subsistencia son los diferentes fluidos para la salud del cuerpo, ¡y no son pocos, precisamente! Eso sí, de los relacionados con el tema central de estos escritos, los que más rápidamente identificamos son el flujo vaginal y el flujo preeyaculatorio (o líquido preseminal). Uno y otro son “la humedad ambiental y/o lluvia” de nuestros órganos sexuales y cada uno con mecanismos y funciones muy específicas y necesarias.


(Y para los que emparejáis imagen-símil de manera rápida: Si, correcto; los “chubascos” serían en los momentos de máxima excitación física!)


Cuando estamos deshidratados, cuando tomamos medicación o cuando no salivamos lo suficiente, bebemos. Si se nos secan los ojos acudimos a un profesional que estudia su causa o, como mínimo, se administra un complemento para prevenir consecuencias. Pero cuán sexualidad no se...


Son muchas las personas que, sea por situaciones o afectaciones temporales (emocionales o enfermedad), sea de forma permanente (enfermedad o efectos de medicación crónicas, afectación orgánica innata o adquirida), sufren una alteración añadida sobre la que no consultan por vergüenza, o por desconocimiento.


Nada en los organismos vivos suele ser superfluo ... Podría citar ahora, como un “granizo”, una muchedumbre de acciones y beneficios a nivel funcional, físico, biológico, de los flujos sexuales, y no sólo a nivel reproductivo. Pero lo dejo en un toque de atención para tomar conciencia, consultar a profesionales médicos o seguir buscando información quien lo considere.


Sin embargo, teniendo en cuenta que tanto el erotismo como el autoerotismo también forman parte de nuestra Sexualidad, sí que quiero incidir en su importancia en cuanto al placer sexual vinculado a los genitales. Y no, no hablo desde una visión coitocentrista limitada a la penetración en una relación heterosexual... Hablo de exploración, masturbación, relaciones con otras personas y cualquier tipo de práctica con juguetes o complementos. Hablo de facilitar, potenciar, las sensaciones agradables y también hablo sobre todo de evitar lesiones no deseadas. Jugar con los sentidos no conoce el sufrimiento, la ansiedad, la preocupación; de hecho estos últimos inhiben automáticamente su disfrute.


Nuestros cuerpos reaccionan espontáneamente según estímulos físicos o mentales. La excitación puede responder (o no) a éstos de muchas formas, entre otras el aumento de riego sanguíneo, de volumen de los genitales y de sensibilidad. Y la lubricación aquí también tiene un papel.


Si el cuerpo no la genera, puede ser por motivos muy diferentes...


Puede ser interesante buscar la causa. El porqué explica el cómo.


Puede ser conveniente utilizar preparados específicos más o menos comerciales. El cómo, con el acercamiento a la naturalidad, puede beneficiar mucho la experiencia.


Y los días de tener vergüenza por preguntar, querer probar, y de ir a comprar productos de uso específicamente sexual están pasando a formar parte de otros tiempos y de otra sociedad, ¿no? ...¿O no?